La chirivía será nueva para la mayoría de vosotros, porque es poco habitual encontrarla en nuestros mercados. Es una de esas variedades muy antiguas caídas en desuso, como pueden serlo el boniato o la batata. Se utilizaba en lugar de la patata en Europa antes del descubrimiento de America. Es muy parecida a la zanahoria, aunque de color blanco y con más propiedades nutritivas que ésta. En este caso, la receta que os presento parece una sencilla crema de toda la vida. En realidad lo es, porque no puede ser más sencilla su preparación, pero os encantará porque su sabor ligeramente dulce que contrasta con el jengibre y la pimienta que la condimentan la hacen especial.
PREPARACIÓN
- Poner una cazuela de fondo grueso al fuego y rehogar en ella la cebolla y el ajo hasta que este suelte el aroma y la cebolla se reblandezca un poco.
- Agregar la chirivía, la zanahoria, el tomillo, el jengibre y un pellizco de sal a lo anterior y dar a todo unas vueltas.
- Cubrir con el caldo y dejar cocer hasta que las hortalizas estén bien tiernas
- Pasar la crema con la batidora y añadir más caldo si viésemos que ha quedado demasiado espesa
- Antes de servir volver a calentar añadiendo la cucharada de mantequilla y la crema y rectificar de sal y pimienta.