Los sabores son los mismos, pero yo creo que el orden de factores si altera el producto, porque el hecho de cortar las hortalizas en dados muy pequeñitos, y colocarlas en capas en vez de mezcladas da lugar a un plato mucho más refinado que el pisto casero tradicional. En este caso como vienen los grandes calores, y me encanta tomarlo frío, lo he acompañado de anchoas; pero más avanzado el verano, con esos últimos calabacines y berenjenas de temporada, cuando se vayan acortando los días, podéis hacerlo templado o caliente coronándolo con un huevo escalfado de nuestra Granja.
PREPARACIÓN
- Meter el calabacín y la berenjena por separado sobre dos bandejas de horno forradas con papel engrasado durante aproximadamente 20 minutos, o hasta que se aprecie que la verdura está tierna. Reservar en boles separados y sazonar ligeramente dandole unas vueltas con una cuchara de palo para que se integre bien la sal.
- Mientras se asan el calabacín y la berenjena poner la cebolla y el pimiento verde a pochar en un sartén con un poquito de aceite, tapándola para que se reblandezca sin que tome color.
- Pochar el tomate, y el ajo en una sartén con 2 cucharadas de aceite y una cucharadita de azúcar panela. Dejarlo cocer a fuego lento, tapado hasta que empiece a deshacerse , pero sin que llegue a reblandecerse completamente. Deben notarse los trozos de tomate enteros que habrán soltado jugo. Espolvorear con una cucharadita de orégano.
- Para montar el plato, ir rellenando el aro con el siguiente orden: berenjenas, una cucharadita de tomate frito bien repartido sobre esta primera capa, cebolla con pimiento, calabacín, y por último el tomate estofado espolvoreado con orégano. Completar el plato con pan tostado y anchoas colocados a uno y otro lado.
NOTA: Como veréis, en este plato, lo único pesado es cortar las verduras. Es posible hacerlo antes, incluso el día anterior y guardarlas en la nevera, y así será mucho más sencilla la preparación a la hora de la comida.