Esta es una receta muy fácil de hacer, que sorprenderá en la mesa por su mezcla de sabores. Ese toque de cúrcuma y comino tan oriental le va de maravilla a los garbanzos y lo más novedoso es el dulzor del melocotón en almíbar. Quedarás muy bien si lo sirves como entrante en una comida con amigos y como el garbanzo es ya un alimento contundente y proteico bastará con que completes la comida con una ensalada variada que tenga por ejemplo jamón, atún, perdiz o huevo duro, es decir también un poco de proteína, convirtiéndose así en una comida muy equilibrada.
PREPARACIÓN
- Abrir el bote de garbanzos y escurrir la legumbre con cuidado sobre un colador fino, enjuagar bajo el agua del grifo suavemente. Reservar
- Se puede hacer en casa los garbanzos de DEM : la noche anterior poner los garbanzos en remojo, con agua tibia y sal. Al día siguiente, retirar el agua de remojo y hervir los garbanzos en agua tibia con sal. A la mañana siguiente cocerlos y añadir ½ cebolla, 2 hojas de laurel y 2 dientes de ajo, dejar cocer hasta que estén tiernos. Escurrir y reservar.
- Calentar un poco de aceite en una sartén, añadir la cebolla y el ajo muy picadito. Cocinar a fuego suave hasta que este transparente y se haya reblandecido. Añadir la cayena desmenuzada, el comino y la sal, y remover.
- Pelar y cortar el tomate en trozos de 1 cm y añadir a la sartén. Dejar hacer el tomate a fuego lento durante aproximadamente 10 minutos hasta que se vea que el tomate se ha deshecho un poco. Picar los melocotones en álmibar en cuadraditos y agregarlo también a la sartén y remover todo y dejar cocer cinco minutos.
- Incorporar al sofrito los garbanzos, dar una vueltas. Disolver el curry y la cúrcuma en 1/2 dl de caldo o agua y añadirlo también a la sartén con el resto de los ingredientes.
- Dejar cocer todo junto a fuego lento hasta que reduzca unos 5 minutos para se mezclen los sabores y ajustar el punto de sal y servir. Añadir un poco del almibar de los melocotones o caldo, si hiciera falta, para que no se quede muy seco.