Hoy es un dia especial, porque estreno el kale como ingrediente. Esta col rizada, de textura tosca tiene tantas propiedades que merece hacer un esfuerzo de imaginación y técnica en la cocina para "domesticarla" un poco al prepararla. Su sabor ligeramente amargo sorprende un poco, pero en esta receta, el aliño añadido un par de horas antes de comer, y ese punto dulce que le proporciona la mermelada de albaricoque consiguen hacer con esta hoja una ensalada distinta e interesante.
PREPARACIÓN
- Aliñar la lombarda al gusto y dejarla reposar durante un par de horas para que se rinda
- Cocer las lentejas con sal, laurel y dos dientes de ajo hasta que están tiernas. Una vez templadas, aliñarlas ligeramente con vinagre balsámico, aceite y sal, para que tomén ya algo de gusto antes de mezclarlas con el kale. Reservar hasta el momento final de añadirlas al kale.
- Preparar la vinagreta de albaricoque, y añadir 6 cucharadas al kale (dejando un poco para añadir al final), masajeando bien la ensalada con el aliño para ablandar las hojas y dejarla reposar durante 20 minutos
- Una vez que el kale se ha rendido un poco mezclar los tres ingredientes y añadir el resto de aliño de albaricoque, revolver bien y servir.
OTRA VERSIÓN
Al día siguiente, al ver que me quedaban lentejas cocidas y el resto de ingredientes en la nevera, me preparo una cena cambiando las proporciones. Las lentejas como base, el kale esta vez discretamente presente, y siempre aliñado por separado amasando con las manos al aderezarlo para reblandecerlo un poco; la lombarda esta vez picadita menuda, y no en juliana. Importante alñiarla por separado un buen rato antes para que se rinda; y para terminar una lata de atún en aceite. Ah! Y miro en mi balda de especias y me decido por el orégano y el comino. Estaba buensima! (yo le puse vinagre y unas gotitas de limón, aceite y sal)...