LAS PATATAS QUE SERVIMOS
Es mi intención el hacer una selección de hortalizas lo ms variada posible para nuestros envíos, y por eso he acudido a la huerta de la familia González del pueblo de Sonseca, para que me proporcionasen patatas.
Allí fui el sábado pasado y me encontré a tres hombres y un niño, tres generaciones, doblados sobre los surcos recogiendo la cosecha de patata agria. Buenomiento, el pequeño, Dieguito, andaba por allí zascandileando con la perrita Nati y no ayudaba mucho.
Pedro, el abuelo, mientras recoga y seleccionaba, contaba las virtudes de la , y por qué, era preferible esa que otras variedades aunque la semilla costara el doble.
También nos relataba como su hijo Pepe le haba llevado a Badajoz a ver a un especialista que le cura la dichosa critica de un simple quemazón en la oreja.
Ay!, si lo hubiera sabido antes, se habrá
ahorrado un mes de sufrimiento.
Los surcos estaban cubiertos de una planta fresca de hoja de sierra. Eran ortigas! Parece ser que se habían pasado un poco en echar el estiércol demasiado fresco y por eso haba proliferado esta mala hierba. Ni un aditivo químico, eso seguro. Pero en este caso no por ceñirse a las reglas de la agricultura ecológica, que eso les pilla a estos sencillos agricultores un poco lejos, sino por economía de medios. Qué abono ms barato, ms eficaz y ms a mano que las boñigas de las vacas que crían en su granja!
Volviendo a , esta planta, dejada sobre la tierra, volteada y enterrada de nuevo (abono en verde ), siendo ella misma rica en nitrógeno, potenciar la vida microbiana para que las bacterias fijadoras del nitrógeno puedan actuar y aportar nutrientes al suelo. Así se cierra el círculo me ayudas y yo te ayudo!
Me interesé por el proceso completo de la cosecha de la patata y me mostraron una patinada cosechadora que reposaba al lado del camino. Esa misma mañana les haba servido para remover la tierra y as hacer posible el que ellos ahora las recogiesen a mano.
Me llamó mucho la atención la forma ingeniosa que habían ideado para llenar los sacos. Enchufaban en el saco un cono sin fondo de zinc que les servía de medida, llenaban este de patatas, y luego lo levantaban cayendo as todas las patatas que se encontraban en el este tubo dentro del saco.
Nos llevamos la pick up cargada de sacos de patatas agrias -unos 700 Kg- y quedamos en volver a buscar ms para poder servir a todos nuestros clientes en las próximas semanas.
Esa misma tarde somete a las patatas a todas las pruebas, y lo confirmo: Son excelentes para cocer y para freír!