En nuestra granja ecológica, la agricultura y la ganadería se unen en una sinergia perfecta.
Aquí, cultivamos un vergel de frutales muy especial, donde nuestros pollos también encuentran su hogar durante parte del año. Esta combinación única de animales y agricultura crea un ambiente en el que se producen beneficios mutuos. Los pollos desbrozan y estercolan, mientras que los frutales les brindan sombra y refugio, creando un ciclo regenerativo en armonía con la naturaleza.
Nuestro vergel está compuesto por una cuidadosa selección de frutas de hueso, que se cultivan de manera escalonada para asegurar una producción continua. En este momento, nos deleitamos con el melocotón amarillo, conocido como baby gold, seguido de cerca por el melocotón rojo somerich, de tamaño más pequeño pero lleno de sabor.
Pero, ¿por qué elegir la producción ecológica de estas frutas?
Los beneficios son tanto para nuestra salud como para el planeta. En primer lugar, al cultivar de manera ecológica, evitamos el uso de pesticidas y productos químicos sintéticos, lo que nos brinda la confianza de que nuestras frutas están libres de residuos tóxicos. Esto se traduce en beneficios para nuestra salud, ya que podemos disfrutar de frutas más limpias y seguras, llenas de nutrientes naturales y sabor auténtico.
Según un estudio publicado en la revista científica PLOS One en 2013, se encontró que los melocotones ecológicos tienen niveles significativamente más altos de vitamina C y polifenoles, en comparación con los melocotones convencionales. Además, los melocotones ecológicos también tenían niveles más altos de antioxidantes totales.
Además, la agricultura ecológica promueve prácticas sostenibles que protegen el medio ambiente. Al evitar el uso de químicos nocivos, contribuimos a la preservación de la biodiversidad, al mantenimiento de los ecosistemas naturales y a la conservación del suelo y el agua.