Resulta muy alarmante saber que 1,3 mil millones de toneladas de comida son desperdiciadas cada año. Esto significa un tercio de los alimentos que se producen en todo el mundo. Es evidente que no todo el desperdicio viene del entorno doméstico, pero si que somos responsables de una parte importante. Desde casa podemos contribuir a solucionar este problema con una serie de sencillas acciones. Por ejemplo, aprovechar los restos es una práctica fácil para introducir en el día a día. Te damos unas ideas para que tus sobras no acaben en la basura:
Quiches/revueltos y woks.
Cualquier resto del día anterior batido en huevo siempre es una buena idea. También podemos añadir nata, un buen puñado de queso y hornearlo sobre una masa de hojaldre. El resultado es un plato delicioso y además de lo más vistoso. Pero otra opción menos común es saltear los restos de verdura, carne o pescado con salsa de soja (y aceite de sésamo si tienes), y preparar un delicioso wok oriental.
Sopas y cremas.
Esta es la mejor salida para las hortalizas que han languidecido en la nevera y han perdido la apariencia fresca y crujiente pero que siguen manteniendo todas las vitaminas. La crema de lechuga es un buen ejemplo. Si se te ha quedado blanda, antes de tirarla, mézclala con un poco de cebolla y tendrás una crema deliciosa.
Recupera los cereales rancios.
No hay por qué tirar esos cereales del desayuno que se nos han quedado olvidados en lo profundo de la despensa. Mételos en el horno a 100° C, tapados con papel de aluminio para que vuelvan a su estado crujiente natural.
Caldo con las pieles.
Si lo que quieres es aprovechar hasta el último gramo de tus verduras y hortalizas, te recomendamos que no tires las pieles, tallos y demás “desperdicios”. Primero escáldalos y congélalos, y cuando tengas una cantidad suficiente puedes hacer caldo de verduras.
Pan duro
Además de las soluciones clásicas de pan rallado o picatostes, las Torrijas son una estupenda forma de aprovechar el pan duro del día anterior. Lo mismo ocurre con las tortillas de maíz mejicanas, córtalas en triángulos y fríelas para conseguir unos estupendos nachos caseros.