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Romanesco, Pak Choi y Kale, originales hortalizas que se adaptan con éxito a nuestra huerta y a nuestra cocina

Romanesco, Pak Choi y Kale, originales hortalizas que se adaptan con éxito a nuestra huerta y a nuestra cocina

Si sois amantes de las verduras, quizás ya conocéis las que vamos a citar hoy en este post; pero tal vez no hayáis tenido oportunidad de probarlas o, simplemente, no os habéis atrevido a comprarlas, por ser menos habituales y reconocibles. Vamos a intentar solucionarlo!

Así que hoy escribimos sobre el Romanesco, el Pak Choi y el Kale, tres hortalizas que cultivamos en las huertas de Dehesa El Milagro y que pueden resultar muy peculiares, por su nombre y aspecto. Son alimentos versátiles y se adaptan a las mil maravillas a los hábitos gastronómicos españoles, además de aportar grandes beneficios para la salud.

El Romanesco, el Pak Choi y el Kale son verduras crucíferas, de la familia de Brasicceas (como coles, brócoli, coliflor, nabos, rábanos, berros, rúcula). Se cultivan fundamentalmente en otoño e invierno y, aunque son originarias de distintos lugares, están perfectamente integradas en la producción de la huerta española desde hace varios años.

De hecho, el Kale despista un poco por su nombre, pero veréis como resulta mucho más familiar de lo que creemos Comenzamos con él.

 

EL KALE

Aunque es de origen asiático, el kale es la hortaliza más española de la tres, porque realmente es una verdura muy tradicional. El nombre nos puede sonar novedoso, pero es lo que aquí llamamos berza o col rizada, ya veterana en nuestra cocina, un poco apartada hasta hace unos años que resurgió por sus excelentes cualidades nutricionales.

Se trata de una hortaliza de color verde intenso, con destacado contenido en hierro y calcio. Una joya nutricional pero con escasas calorías y bajo en grasas saturadas y en colesterol. Su aporte calórico es de 40 calorías por cada 100 gramos.

Consumiendo Kale, obtenemos fibra, proteína, ácido fólico, hierro, magnesio, calcio, fósforo, manganeso, cobre, rivoflamina, tiamina, vitaminas C, B, A, B6 y K.

Llévalo a tu mesa en crudo o cocinado, ser un éxito. No obstante, nuestro consejo es que cuanto menos tiempo esté al fuego, mejor, como la mayoría de las verduras. Es recomendable una cocción rápida para evitar las pérdidas de vitaminas y de sustancias que potencian nuestra salud.

Si te decides por tomarlo cruda, es ideal para hacer una ensalada o unos batidos de escándalo, combinado con otras verduras o frutas. En ambos casos, vendrá perfecto un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, para contrarrestar el amargor propio del Kale.

Te proponemos algunas recetas de nuestra cocina particular:

Ensalada de kale con uvas / Ensalada de kale con aguacate al aliño de coco / Ensalada de Kale y puerro a la menta / Sopa de garbanzos y kale al limón / Pesto de Espinacas y Kale / Sopa de invierno con garbanzos, patata, kale y chorizo / Ensalada de Kale con pasas encurtidas / Chips de Kale / Ensalada de Kale de Northern Spy / Ensalada de Kale con vinagreta de albaricoque

EL ROMANESCO

Es el turno de otro miembro de la familia, el primo italiano. El Romanesco es una variedad verde de la coliflor italiana. Al parecer, en España nos ha gustado tanto que ya cultivamos el 30% de la producción europea. También se produce en el sur de Inglaterra, Holanda y la Bretaña Francesa.

Como todas las crucíferas, es un alimento rico en vitamina C, fibra soluble y carotenoides (muy buenos nutrientes para controlar el colesterol en sangre), cido flico y abundantes minerales.

El Romanesco es un producto muy bonito y característico, sobre todo por su Geometría Fractal -un complicado término matemático que, en este caso, simplemente hace referencia a la geometría de su estructura piramidal y a la forma repetitiva en la que crecen los ramilletes o arbolitos cónicos que lo forman-. Su color, verde lima, es igualmente inusual en los vegetales verdes propios de esta temporada, que suelen ser más oscuros.

En cuanto a su sabor, es realmente sabroso, con toques dulces. Esta verdura es rica en pectinas y por eso es ideal para elaborar cremas finas y cremosas

Pero también puedes tomarlo crudo o ligeramente hervido. Para mantener su textura firme y su bonito color, basta con 10´ de cocción; si lo quieres más tierno y no te importa que pierda el color, tendrás que esperar hasta 20´ para que esté listo.

Tiene una gran ventaja sobre los de su grupo, en concreto sobre la coliflor y o el brócoli: Se digiere mucho mejor y causa menos gases.

Te animas a incorporarlo a tu menú?: Crema de romanesco / Tartaleta de romanesco y puerros / Romanesco al estilo italiano

 

EL PAK CHOI

Y vamos a por el último del post! El que viene de más lejos y probablemente el que lleva menos tiempo entre nosotros. El Pak Choi o col china tiene un nombre muy descriptivo, aunque también se denomina bok choy, paksoi o repollo chino.

Se parece mucho a una acelga, pero no, es también una crucífera. Lo que da lugar a equívocos es que, a diferencia de otras verduras de su familia que crecen en ramilletes (brócoli, coliflor, romanesco), el Pak Choi crece en hojas grandes y carnosas, de color verde más bien oscuro, y los tallos son blancos y anchos.

Como el kale y el romanesco, el pak choi es rico en agua, fibra, proteínas y vitaminas (vitamina A, vitamina C, vitamina K, riboflavina (B2), vitamina B6, Ácido fólico, calcio, hierro, magnesio, potasio y manganeso, tiamina (B1 ), niacina (B3) y fósforo), por lo que resulta saciante pero bajo en calorías y de ligera digestión.

Cuando compres pak choi fíjate bien en que tenga un color verde brillante, tallos compactos y blancos y hojas apretadas. Su consumo en crudo da un sabor algo amargo, cercano a la endivia, pero cocido cambia bastante y recuerda más a la espinaca. Es mejor tomarlo crujiente, aunque debemos saber que los tallos tardan algo más de tiempo en ablandarse. Nuestra preparación favorita es Pollo al wok con Pak Choi.

Por último, un consejo aplicable a estas tres maravillosas hortalizas, aguantan bien en la nevera unos 3 o 4 días, pero sin lavarlas! Deja la limpieza para justo antes de cocinarlas.

3 o 4 días en la nevera? Perfecto. A qué esperas para meterlas en tu cesta semanal?

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