A veces se tiende a pensar que toda actividad ganadera perjudica al planeta. Pero no todas las formas de criar animales son iguales. En Dehesa El Milagro, desde hace años demostramos que una ganadería bien entendida puede convertirse en una aliada natural contra el cambio climático.
¿Cómo es posible? La respuesta está en la tierra, en el ciclo de la vida, y en una manera distinta de hacer las cosas: más conectada con la naturaleza, más consciente, más regenerativa.
¿Qué es la ganadería sostenible?
La ganadería sostenible propone una forma de producción más consciente, donde el bienestar animal, la regeneración del entorno y el uso responsable de los recursos van de la mano. A diferencia del modelo intensivo, en este enfoque los animales viven en libertad, respetando los ritmos de la naturaleza, mientras el entorno se preserva y se enriquece para garantizar su fertilidad a largo plazo.
Principios básicos de la ganadería sostenible
Este tipo de ganadería se basa en la integración de los animales en ecosistemas vivos, donde su presencia beneficia al suelo, al paisaje y a la biodiversidad. Utiliza prácticas regenerativas como el pastoreo rotacional, la alimentación natural y la reducción del uso de químicos o piensos procesados. Además, fomenta la economía local y el comercio justo, respetando tanto al medioambiente como a las personas.
Diferencias con la ganadería industrial
La diferencia entre una y otra es profunda. La ganadería industrial prioriza la productividad y los bajos costes, lo que suele traducirse en hacinamiento animal, uso excesivo de antibióticos, piensos procesados y altos niveles de contaminación.
La ganadería sostenible, en cambio, busca un impacto positivo: restaurar suelos, reducir emisiones y devolver a la tierra más de lo que se le quita.
Repensar la ganadería: del problema a la solución
Durante décadas, el modelo industrial de producción animal ha generado serios problemas ambientales. Pero existe otra forma de criar, cultivar y vivir en el campo.
¿Por qué se cuestiona a la ganadería?
La ganadería intensiva genera emisiones elevadas de gases de efecto invernadero, especialmente metano y dióxido de carbono. Además, contribuye a la deforestación, el agotamiento del suelo y la pérdida de biodiversidad, especialmente cuando se prioriza la producción masiva por encima del equilibrio del ecosistema.
Una mirada distinta: ganadería sostenible
Frente a este modelo, la ganadería sostenible —como la que practicamos en Dehesa El Milagro— se basa en sistemas extensivos, el respeto a los ciclos naturales y el uso eficiente de los recursos. No se trata solo de tener animales, sino de integrarlos en un ecosistema vivo, en equilibrio.
La importancia del manejo holístico
Esta forma de manejo permite que los animales pasten en movimiento, imitando el comportamiento natural de los herbívoros. Al hacerlo, contribuyen a regenerar el suelo, incrementar la biodiversidad y secuestrar carbono de forma natural. Todo está conectado.
Beneficios concretos de la ganadería sostenible frente al cambio climático
La ganadería ecológica no solo evita daños, sino que aporta soluciones reales y medibles para mitigar el calentamiento global.
Captura de carbono en el suelo
Uno de los grandes beneficios de la ganadería extensiva y regenerativa es su capacidad para aumentar la materia orgánica del suelo. Esta mejora permite que el terreno actúe como un sumidero de carbono, capturando parte del CO₂ presente en la atmósfera.
Según estudios agroecológicos, recuperar un 1,6 % de materia orgánica en el 8,5 % del suelo cultivado del planeta podría secuestrar 100 ppm de CO₂. Es decir: el suelo puede ser un auténtico pulmón para la Tierra.
Reducción de emisiones por prácticas responsables
Los animales criados en libertad, alimentados con pasto y sin piensos intensivos, generan menos emisiones que aquellos encerrados en macrogranjas.
Además, su estiércol se aprovecha como fertilizante natural, reduciendo la necesidad de productos químicos y disminuyendo la contaminación del agua y el aire.
Uso eficiente del agua y los recursos
La ganadería sostenible también promueve un consumo hídrico mucho más equilibrado. Al evitar monocultivos destinados a alimentar al ganado y favorecer pastos naturales, se reduce la presión sobre acuíferos y se mejora la capacidad del suelo para retener agua de forma natural.
Regeneración del paisaje
Una ganadería bien manejada ayuda a prevenir la erosión, fortalece la fertilidad del suelo, protege los ciclos del agua y mantiene la diversidad vegetal. Es, en definitiva, una herramienta para restaurar territorios degradados.
Ejemplos de prácticas sostenibles en ganadería
Pastoreo rotacional y regenerativo
Permite que los animales se muevan constantemente, lo que favorece el crecimiento del pasto, reduce el desgaste del suelo y aumenta su capacidad para almacenar carbono.
Alimentación natural y sin químicos
Los animales se alimentan de lo que el entorno ofrece, sin aditivos ni piensos industriales. Esto no solo mejora su salud, sino también la calidad de los productos que consumimos.
Bienestar animal y biodiversidad
Los animales viven en libertad, con espacio para moverse, descansar y comportarse según su naturaleza. Este entorno favorece la presencia de otras especies, creando un ecosistema diverso y equilibrado.
Cómo puedes apoyar esta transformación desde tu día a día
Aunque no vivamos en el campo, nuestras decisiones diarias tienen un impacto directo en los modelos que fomentamos. Aquí van algunas claves para quienes buscan consumir de forma más responsable y comprometida.
Elige productos de origen ecológico y extensivo
Cuando compras carne, huevos o productos derivados, busca certificaciones ecológicas y presta atención al origen. Si provienen de sistemas sostenibles, estarás apoyando una forma de ganadería que cuida el entorno y al mismo tiempo genera alimentos sanos.
Infórmate sobre el modelo detrás del producto
No basta con que algo sea “natural” o “de campo”. La transparencia es fundamental. Investiga sobre las prácticas de producción, el tipo de alimentación del animal y su forma de vida. En muchos casos, detrás de una etiqueta hay una historia muy distinta a lo que parece.
Valora la conexión entre piel, salud y naturaleza
En el mundo del cuidado personal, cada vez es más evidente que la salud de la piel está estrechamente vinculada con lo que comemos, lo que respiramos y el entorno en el que vivimos.
Una ganadería que respeta los ritmos naturales contribuye a un ambiente más limpio, con menos toxinas y más equilibrio, algo que repercute directamente en nuestro bienestar.
Hacia una nueva forma de entender el campo
En Dehesa El Milagro, cada decisión que tomamos parte de una misma raíz: devolverle al campo su papel de protagonista. Aquí, la ganadería no es un sistema de producción, sino un acto de respeto. Nuestras vacas, ovejas y gallinas forman parte de un ecosistema en el que todos los elementos se retroalimentan: el suelo, el pasto, el agua, la biodiversidad… y las personas que confían en nosotros.
En un momento en el que el planeta necesita alternativas reales, la ganadería sostenible no es una utopía: es una vía de acción concreta. Apostar por ella es comprometerse con un futuro más fértil, más limpio y más humano.